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viernes, 18 de junio de 2010

De pronto quisiera pintarte un sueño.

De pronto quisiera pintarte un sueño.

Las noches con un grito de silencio
Mordiendo los sentidos.
Las noches interminables.
La agonía del tiempo.
El recuerdo lanzado al viento.
Mezcla de vidrios y cenizas.
Sangrando las manos.
Gritando el vacío.
Lluvia.
Un candelabro al suelo.
Una vela sin llama…
Un día que no tiene mañana.
Un viaje sin retorno
Sin maleta, y sin esperanzas.

De pronto quisiera pintarte un sueño.
Salvar la esperanza…
Buscar los colores que sepultó el tiempo.

Adueñarme de una nube
Y del origen de las sonrisas
Regalarte un cielo nuevo
y un velo que te cubra
de tanto llanto
de tanto espacio vacío
de tanto frío
de tanto invierno
de tanta muerte
del cómo te sientes…

De pronto quisiera pintarte un sueño.
Ser colores de primavera
Borrar las ausencias…
Regalarte el mar
Para que te acaricie…
Un atardecer que te tranquilice…

De pronto quisiera pintarte un sueño.
Qué el dolor se marche
Qué el vacío vuele
Qué la tristeza abandone el cuerpo
Y las cicatrices, cicatricen.

De pronto quisiera pintarte un sueño.
Qué los ojos vuelvan a nacer
Y el susurro del alma, quiera renacer.

La música que ahogaron tus ojos
La pasión que se apagó
Espera por ti en algún lugar
Tus ojos quieren volver a mirar
La pasión volver a vibrar.
No sé cómo
Nunca tuve un manual.
No sé cómo y no tengo más que este quererte tanto
Pero de pronto,
de pronto quisiera acabar el desvelo
encender las luces
y pintarte un sueño…

De pronto quisiera darte lo que no puedo…
De pronto quisiera pintarte un sueño.

jueves, 17 de junio de 2010

Un velo de olvido en el corazón,
 y un abrazo para la desolación...
Un abismo de ojos
y un grito que se filtra en el humo del cigarro
que le roba las consonantes
a la muerte que se quedó entre el alma y un desvelo.
Entre un recuerdo, y un beso de espuma...
Niebla, noche y niebla.
Noche y un abrazo de un recuerdo gastado
que me envuelve...
y la lluvia sangra dentro de unos ojos
besados por el velo, del olvido.
Así es mejor...
La lejanía a veces me arrastra.
un barco de cenizas
en pleno incendio de mar,
donde lloraba mi alma
y callaba mi vida...

Cómo un recuerdo puede hacer tanto daño?
Es el recuerdo?
Quisiera tomarme unas cuantas pastillas, de olvido.
Un velo de olvido para el corazón, por favor...

domingo, 13 de junio de 2010


Se deja sentir un ruido de pétalos al atardecer
un sonido de cascada que enloquece
Un rumor de otoño en los ojos
Una caricia de mar, en la piel.
Lluvia… sonidos musicales de su cuerpo que grita…
En medio de la nostalgia
En medio de la nostalgia,
Otro desgarro de su cuerpo
Otro de su sangre…
Ella vida y silencio musical
Ella es aire y viento
Ella es mar y coral…
Piedras…
Su dialecto me destroza
Y me reconforta
Me descoloca
Y me vuelve loca…
Dos vocales perdidas en el océano de noches…
Un caminante solitario
Por la soledad marchita que decora las calles
Lluvia… deseos de sentirte dentro.
Caen, besan las consonantes del verbo
quema el sentirte
Humedece hasta los recuerdos
Y la tristeza otoñal empieza a llorar
El invierno en los huesos
Se humedece también
Con el baile casi puro
Casi virgen
Con el baile del viento que toma por la cintura
a la protagonista de este encuentro- desencuentro
de noches marchitas…
Una rosa casi aplastada por el secreto de unos versos
Una mirada perdida, sobrecogida
Una mirada nostálgica que camina
Bajo el grito de las entrañas
de la noche negra, del silencio ausente
del secreto latende
que esconde y rumorea la dulce
la eterna
la dama negra
la nostálgica lluvia...
Un vestido de heridas adherido a la sangre, una lágrima blanca como las horas anteriores a la lluvia, una rosa roja en el cuello, un grito de poesía y de consonantes desnudas volando al unísono con las hojas del tiempo, que gritan...
Un abrigo largo de piel lastimada, negro, lleno de besos marchitos... lleno de estruendos.
Una carta arrugada, palabras desechas por la rabia y la pena, en sus manos... Lanzadas y confundidas en la tormenta de viento gris, que la recorre...
Unos ojos pérdidos, así, así le decían... Así los tenía, así los tiene... En sus manos quedaron grabadas las cenizas de las últimas palabras que le alcanzó a decir...
"Pequeña, cuéntame la leyenda detrás de tu sonrisa..."
Y luego se fue para siempre, pero aún sigue reboloteando en todos sus sentidos...
Qué leyenda? se preguntaba, qué sonrisa?
Ya no tiene sonrisa, quizá sólo sea una sombra vacía, que fue una leyenda, el vacío se adormedece en su sangre... y cruza la pasarela, casi sin tocarla, el desfile de bocinas, ya no la molesta, está tan lejos, tan lejos, qué ya nada puede alcanzarla, ni siquiera la vida, ni siquiera la vida...
y un árbol de otoño la cruza en el vacío, en aquél eterno vacío, dónde ella camina, vacía, ya sin sonrisa, ya sin la voz de aquellas palabras qué tanto le gustaban...
Sus ojos se perdieron, pero trás el murmullo de hojas, qué sepultaron su nombre...
El silencio de unos labios, que recorre el camino del deseo en la sangre...
La música del alma, fugitiva.
Los ojos soñadores
los besos de chocolate...
Dos alas que botan, el equipaje....

Entre el silencio de dos corazones
se crea, se hace, nace...
la más suave e intensa música...
y los pájaros aletean, sus sueños
cerca de los ojos cerrados,
que vuelan juntos...
que crean juntos...
dos silencios del tiempo, continuados
embriagados de sonrisas
y caricias dulces...

Una lluvia que recorre dos cuerpos
Una luna que acaricia dos silencios...
y el viento esparce pétalos
por el rincón sútil del cielo...
dónde se pierden sus cuerpos...
dónde vuelan sus ojos cerrados.
Una nota músical,
nace del latido de sus cuerpos
quizá, quizá enamorados.....

Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet