Los techos sin caricias,
estas manos que tiemblan...
El ruido acuchillando mis latidos
vidrios de ventanas muertas...
Sombras que se marchan
que vagan por el edificio sin puertas...
Entre yo y mi vida
hay una agonía de manos sangrando
un precipicio, cuyo abismo son mis ojos...
Se desvanecieron de mis manos temblorosas
mi cuerpo temeroso
sin mí...
... yo retrocedo...
Deje olvidada mi alegría
hace años
tras una cortina de ladrillos
ladridos de la cuerda que amenaza mi cuello...
Mis aullidos también tienen rostro
cenizas maquilladas con la tinta de mis venas
Olor a café en la pluma que acaricia muriendo
los pasos tatuados en la habitación llena de pájaros...
Camino descalza y desnuda, entre el jardín de rosas ensangrentadas que ves, muriendo un poco menos, viviendo un poco más... Dejando lágrimas, en busca de esperanzas... Tiñendo desvelos que buscan caricias para el alma, entre olor a café, hojas de otoño, lluvia nostálgica, y desgarros del silencio, que me hacen delirar en poesía!!!
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Bienvenido (a)
Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Pues eso de dejar olvidada tu alegría tiene que terminar, tienes que retomar esa alegría, derribar esos ladrillos y ver esos pájaros pero de colores.
ResponderEliminarToma mi mano, caminemos, un beso preciosa
Te he sentido como una madre amiga levantándome! Un abrazo enorme! y claro, claro que te doy la mano... caminemos, acá la tarde y este silencio están propicios!!!
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