Me duele verte anochecida…
Los pasos de tus manos son cruentos
Los de tu olvido, vacíos.
La ceniza que lloraste
Parecía desprendida
Del fuego que se apagaba en el corazón.
¡Ay, cómo dueles!
Otoño de ojos grises
Me anocheces.
Anochecidas…
Tú, yo…
En distintas dirección
Con distintas lágrimas.
Ambas, ANOCHECIDAS…
El viento moviendo las velas del barco del diluvio.
Las sombras gritando nombres
La marea subiendo beso a beso
En plena ausencia.
Las olas rasguñando desvelos…
Capitán de rosas
Desiertos y océanos.
Otoños e inviernos
Lluvia y recuerdos…
Un café…
Un escrito…
Un abrazo…
Un silencio…
Un no te vayas
Un ya te fuiste…
Otoñalmente anochecidas
Tu mirada y la mía…
El color del amor desteñido
el sabor a espuma en los ojos
el querer con la vida
teniendo hálitos de muertes.
Te quiero, anochecida.
Camino descalza y desnuda, entre el jardín de rosas ensangrentadas que ves, muriendo un poco menos, viviendo un poco más... Dejando lágrimas, en busca de esperanzas... Tiñendo desvelos que buscan caricias para el alma, entre olor a café, hojas de otoño, lluvia nostálgica, y desgarros del silencio, que me hacen delirar en poesía!!!
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Bienvenido (a)
Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Precioso, de verdad precioso
ResponderEliminarUn beso
Ana
Muchas gracia, Anita...
ResponderEliminarAnochecidas, dos mujeres, dos almas, mas estoy segura, aún quedan amaneceres para sus ojos...
Un abrazo y un besito...