Cerraron sus ojos,
como queriendo evitar todas las lágrimas que vendrían.
Desde ese día...
el viento se entrelaza en sus heridas
y los días tienen la misma tinta
de las témperas gritando al borde de la vida.
Y ya no queda nada
ni las témperas
ni el viento
ni los ojos cerrados...
Se desmorona el candado de sus sueños dañados...
Ella recorre los mismo viejos lugares
y el olor del veneno le duele a sus huesos.
Sangra la sangre lastimada
lloran las lágrimas que vendrían
procesión de silencios
de un aferrarse a idea de que todo fue mentira.
Los días se visten del mismo olor
y no logro encontrar el por qué.
Quisiera que los ojos jamás se hubiesen abierto
o que jamás los hubiesen cerrado...
Camino descalza y desnuda, entre el jardín de rosas ensangrentadas que ves, muriendo un poco menos, viviendo un poco más... Dejando lágrimas, en busca de esperanzas... Tiñendo desvelos que buscan caricias para el alma, entre olor a café, hojas de otoño, lluvia nostálgica, y desgarros del silencio, que me hacen delirar en poesía!!!
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domingo, 5 de diciembre de 2010
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Bienvenido (a)
Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
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