Y el abrumador silencio
Renuncia a ser música
Por el vértigo que deja
Arañando los ojos
Mordiendo el vacío…
Se arropa el abismo entre las sábanas
La sangre ha delineado un cuadro de rosas en la ventana
…Ella no sabe OLVIDAR…
El reloj anuncia la hora perdida
Los minutos vacíos
El segundo ausente
Siempre estará su sombra
Detrás del reloj de manos rojas…
Aunque juegue a creer que es parte de lo invisible que siempre ha sido.
Se sienta en su cama
Sostiene sus manos en la cara
Como queriendo evitar las lágrimas
Como queriendo ser la estoica que nunca ha sido.
El jarro se quiebra
Las cortinas aguardan la luz venidera
La ausencia de ella
Cae ensangrentando el blanco y negro
Del cuadro de sus ojos.
Desde que se fue
El silencio se quedó en sus entrañas.
¿Cuándo fue eso?
¿Cuándo dejo de sentir el frío detrás de su nombre?
¿Nunca?
Las pastillas la ahogan
El mar la espera
Paciencia de quietud ciega…
…Ella no sabe OLVIDAR…
Estoy bien
Estoy bien
Se repite tras el maquillaje de mentiras
Para sobrevivir.
Otra cortina azul
un nuevo vacío
donde retumba el silencio...
el abrumador y vertiginoso, silencio.
Camino descalza y desnuda, entre el jardín de rosas ensangrentadas que ves, muriendo un poco menos, viviendo un poco más... Dejando lágrimas, en busca de esperanzas... Tiñendo desvelos que buscan caricias para el alma, entre olor a café, hojas de otoño, lluvia nostálgica, y desgarros del silencio, que me hacen delirar en poesía!!!
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Bienvenido (a)
Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.
Un abrazo,
Fran Joan Violet
Un beso, como siempre un placer leerte, el olvido a veces es imposible, pero poco a poco el dolor se va apaciguando.
ResponderEliminarSiempre te leo, un beso muy grande
Anita, muchas gracias! A veces creo que eso es un consuelo inventado para no perder la esperanza, pero aún así quiero creerlo cierto. ¡Un abrazo enorme! Eres lo más fiel que conozco!
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