Hoy llevo descalza una precesión de rosas muertas en el
pelo.
Hoy cargo con milenios de muertes en la sangre y en los
brazos cual ofrenda.
Hoy carezco del lenguaje de los vivos.
Hoy hablo desde la tumba que me construiste en los ojos.
Hoy no existe memoria capaz de salvar el memorial que me
tatuaste en el cuello.
Olvidarte hoy es lo único posible y lo único imposible.