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miércoles, 24 de febrero de 2010


Mi alma se fue de viaje, y dejo este cuerpo entre sombras de sangre, en los ojos...
con gritos chocando contra cada centímetro de esta piel que me saqué a tirones el otro día, la otra tarde, una noche cualquiera, quizá fue ayer, quizá hace un año, quizá nací así, quizá cuando le compraste el boleto a mi alma, quizá cuando se fue lejos de mí.
Se llevó los sueños muy lejos, y dejo violines llorando aquí adentro. Sí mis signos vitales son respirar imágenes que queman, un corazón que se agita de miedo, apunto de saltar al vacío, unos pies que vagan, y unos ojos que lloran cenizas, porque hasta las lágrimas se reduce a cenizas, cuando las venas se incendian... entonces sigo viva.
Sigo sintiendo el silencio oprimido en el pecho, sigo muriendo, sin morir, a cada instante.
Soñé con la palabra suicidio... Estaba escrita en la ventana de mi suelo... Estaba escrita en la ventana de mi suelo... y mis cenizas se tendieron en las sombras de las lágrimas tatuadas en la triste ventana... quedaron a mirar un nuevo atardecer rojo, un nuevo atardecer que le abre las puertas a estas noches, donde nunca amanece...

lunes, 22 de febrero de 2010

déjame gritar...

Déjame gritar…

El silencio me tiene de esclava
Me rompen las entrañas
los gritos que no encuentran
salida...
Me tienen confundida
y mal herida...

Agónica
Mutilada
Nostálgica

Los clavos duelen...

Vidrios de espera
vidrios que lloran

Gotas de pavor
Lluvia de pánico

Llora mi piel
enmudecen mis huesos
la sangre se desprendió en el olvido

Viento
Tormenta de ojos claros
desastre en la habitación
de mi corazón

Déjame gritar
que los gritos limpien
la soledad confundida con sombras
la ausencia que quema
los recuerdos que matan

déjame gritar
que ya no hay vida en mis ojos
que ya no hay pasos en mi camino...

Abrázame
y quítame el terror
del grito
La amenaza de daño
que tiene escrita...

Otoño en las manos
invierno en el pecho
primavera callada
verano asfixiante...

Déjame gritar...
quizá así deje de llorar..

Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet