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viernes, 17 de septiembre de 2010

He querido ser lluvia tantas veces
Deshacerme entre los gritos que me golpean de tanta nostalgia.
Llamarme muda, entre el silencio de la sangre.
Llamarme oyente, debajo del tiempo
Que no es más que música…
Llamarme mujer, cuando te veo venir
a los brazos que dibujan primaveras
sólo por verte…

Llamarme lluvia…
Llamarme…
¿Qué importancia tiene mi nombre en otros labios?

Desaparezco como la última gota del diluvio
Suenan los violines
Suena el réquiem

Me desvanezco…
¿Llorar?
¿Dije que no puedo?
Que no sirve de nada,
Mientras me muero.
Ya no hay salida…

soy la que dibujó un adiós en el charco...
y aún así, jamás quise irme
de tu lado...

Había un viento en los recuerdos
En la bahía de la ilusión
La música para los silenciados
La poesía para los lastimados

Enamorados de la vida
Cuando se esfuma…
Maletas viejas.

Me fumo tu recuerdo,
entre el grito que no dije
entre el silencio que sí fui...
Enamorados de un recuerdo…
Mientras cae la lluvia
Que siempre quise ser…
la que se quedó en tu piel...

No me esperes
No volveré…
No me esperes
No sé cómo volver...

y abrazo a todos los vientos
mientras me mezclo entre tanto sentimiento...

Soy la última lluvia...
El único adiós

¿Quién silenció este amor?



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Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet