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lunes, 5 de julio de 2010

No hay espacio, entre el temor de esta distancia que le duele a los huesos, que le quema a los ojos. Pareciera en el viento, no quedar nada, pareciera en mis ojos, no quedar nada, cuando el último barco naufrago... y las olas ahogaron tanto amor, que hoy es nostalgia...
De pronto ven, abrázame, me haces falta. De pronto no llega nadie, y la lejanía y sus ojos asesinos me duelen. Pasajero de la noche, sílbame una canción de hace siglos... Dame una esperanza que nazca todos los días, como el color del sol al medio día.
Respirar, hace falta respirar, o será lo único que el dolor aletargado de años, permite hacer?
Respirarse el color sepia que dibujan las fronteras mientras no te encuentro. Es consumir el polvo que dejo el adiós, en la carretera de unos ojos, que se han cansado de viajar y no encontrar.
Pañuelos... y recuerdos quebrajados como pétalos.

2 comentarios:

  1. consumir el polvo que dejó el adios..... que bonito y que duro.

    Me ha encantado un besazo guapa

    Ana

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  2. A veces, cómo ahora, me pregunto, yo escribi eso? jajajaa...
    Un abrazo, y muchas gracias!!

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Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet