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viernes, 12 de marzo de 2010

Arráncamelo de los ojos...
Sálvame de la prisión de sus brazos.
Corta las cadenas que asesinan mis pies.
Estoy colgada del árbol de sus besos
cuyas flores se desvanecieron
y yacen entrerradas en recuerdos de tierra
que abrazo contra mis esperanzas, sin brazos.
Muérdeme los sentidos!
La noche es muy larga
y sabe, a su boca...
Grietas
vidrios...
Mata al asesino de todo lo que fui
y bésame
Déjame morir libre...
No me ates a ti
no puedo amarte.
Vi morir ojos
y sentí como mis alegrías caían
en una habitación con olor a inocencia mutilada
mientras temblaba
y mi cuerpo, el cuerpo que sangraba y dolía
seguía de pie
desnudándose
mientras penetraba el sabor del miedo
por toda su desesperación...


Libérame de la sangre que me ahoga...

2 comentarios:

  1. Son muy duros tus poemas, no puedes amar, pero te duele ese amor porque estás prendida a él en Alma y vida, conozco esa sensación.

    Un beso

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  2. Un abrazo Ana, muchas gracias!
    y duros, intensos, llorones, porque a veces es mi única forma de llorar jaja, en fin, tuyos!
    Cariños!

    ResponderEliminar

Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet