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miércoles, 9 de junio de 2010

La hora de un recuerdo que quema los ojos
El vacío de una lágrima
Cuando amanece
Y el tiempo llora
Cuando anochece
Y las lágrimas se acaban…
Porque ya no hay forma de llorar
Porque ya no hay forma de gritar…
Y cada vez, un recuerdo, me quema los labios
Y el silencio me besa los sentidos de la piel
En blanco y negro
En blanco y negro…
Otra noche sin melodía
El vacío de la casa
Se hace interminable
Y laten los corazones
Aún cuando no hay vida…
Aún cuando no hay vida…
Dame la mano
Aún hay tiempo
De caminar por última vez
Con el velo en la piel
Ya no hay forma de llorar
Todo va acabar…
La casa se hace interminable
Las lágrimas ya no están
Pero el vacío, pero el vacío
Vaya que sabe
Como lastimar…
Ya no estás.
Ya no estoy…
Ya no hay forma de continuar...

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Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet