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domingo, 13 de junio de 2010


Se deja sentir un ruido de pétalos al atardecer
un sonido de cascada que enloquece
Un rumor de otoño en los ojos
Una caricia de mar, en la piel.
Lluvia… sonidos musicales de su cuerpo que grita…
En medio de la nostalgia
En medio de la nostalgia,
Otro desgarro de su cuerpo
Otro de su sangre…
Ella vida y silencio musical
Ella es aire y viento
Ella es mar y coral…
Piedras…
Su dialecto me destroza
Y me reconforta
Me descoloca
Y me vuelve loca…
Dos vocales perdidas en el océano de noches…
Un caminante solitario
Por la soledad marchita que decora las calles
Lluvia… deseos de sentirte dentro.
Caen, besan las consonantes del verbo
quema el sentirte
Humedece hasta los recuerdos
Y la tristeza otoñal empieza a llorar
El invierno en los huesos
Se humedece también
Con el baile casi puro
Casi virgen
Con el baile del viento que toma por la cintura
a la protagonista de este encuentro- desencuentro
de noches marchitas…
Una rosa casi aplastada por el secreto de unos versos
Una mirada perdida, sobrecogida
Una mirada nostálgica que camina
Bajo el grito de las entrañas
de la noche negra, del silencio ausente
del secreto latende
que esconde y rumorea la dulce
la eterna
la dama negra
la nostálgica lluvia...

6 comentarios:

Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet