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domingo, 7 de marzo de 2010

El peregrinaje se tejé de mariposas, las horas saben a sangre, y el cielo tiene bombones de estrellas, bóveda que toco tiñiendo mis ilusiones de olvidos. Para no olvidar a mi lucero, así le decía, mas ahora el cielo, borró sus quejidos, sus entregas, su luz... del alcance de mis brazos...
Suenan las lágrimas que dejan en mis manos, los cristales de lluvia.
Mis ojos se durmieron en los suyos, en sus ojos lejanos de mí.
En su sombra vaga la mía. En mis besos, desesperados en el abismo de otros labios, juegan a verme morir, los suyos.
Enamorarse...
Por instantes olvido las mentiras, y recuerdo intacta mis horas de mujer suya...

La cama tiene rosas, la cama tiene ausencias...
Me quema el olor a su piel, en mis pestañas...
sus ojos grandes, que me dibujaban mundos...
Ahora tengo abandono...
ahora mi mirada se pierde tras sus pasos perdidos...

2 comentarios:

  1. Es tan corto el amor y es tan largo el olvido..... dice un poema de J.A.BUESA, siempre queda la cicatriz de un Amor, toda la vida, pero el tiempo cura la herida y vuelves a vivir y esa cicatriz solo queda en el recuerdo.

    Muy bonito lo que escribes pero triste, seguro que tus poemas cuando sean alegres seran maravillosos, estaré por aquí esperándolos
    Un beso Fran
    Ana

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  2. Gracias...
    Eres encatadora, me das alas, y le brindas sentido a mi poesía!
    Mi pasión tiene hasta las entrañas tristes, pero creo que en algo así como dos, o tres ocasiones escribi algo más esperanzador, los buscaré y los publicaré para ti, ok... Te lo mereces!
    Un abrazo gigantón!

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Bienvenido (a)

Como los primeros rayos del sol, al amanecer, medio tímidos tocando el cielo entre sus brazos... Así puede que me sienta, dispuesta a abrazarte con lo que más amo hacer, escribir.

Muchas gracias por estar aquí, entre mis sueños y desvelos.

Un abrazo,


Fran Joan Violet